viernes, 27 de diciembre de 2013

Mitos de la RSE: "A la gente no le importa la RSE y no influye en el consumo"

Como vemos, la agenda de la responsabilidad social empresaria (RSE) está hoy impulsada por las empresas, los organismos internacionales, las ONG y los Gobiernos.

No es mucho, en cambio, lo que se sabe sobre cómo está evaluando la gente este fenómeno, ya sea en su condición de ciudadanos o en el rol de consumidores. Existen algunos estudios de opinión pública que nos pueden proveer ciertos indicios.

El 66% de un total de veinticinco mil personas encuestadas en todo el mundo basa su opinión acerca de una empresa de acuerdo al comportamiento social de la misma; el 40% ha hecho o ha considerado hacer un boicot a empresas que parecen irresponsables, según un estudio mundial de Environics.


Uno de cada cinco consumidores españoles ha dejado de comprar productos de empresas que, en su opinión, realizan prácticas abusivas o irresponsables, según el Informe Forética de este año, pero esos mismos encuestados en un 73% reconoce abiertamente que desconoce los aspectos a los que hace referencia la expresión Responsabilidad Social Corporativa, mientras que un 68% nunca había oído hablar del término.





Todo indica que si bien hoy la RSE no pareciera tener una importancia definitoria en la construcción de la reputación empresaria e influir decisiones de compra de la opinión pública, la tendencia es ascendente.

Y para muestra un botón:


Agustín García

Mitos de la RSE: "¿Se puede medir y certificar un comportamiento responsable?"


Las directrices definidas por la Global Reporting Iniciative (GRI) han sido las más utilizadas en el mundo. Su misión es mejorar la calidad, el rigor y la utilidad de los reportes corporativos de sostenibilidad, para que alcancen un nivel equivalente al de los informes financieros.

También existe el indicador Accountability 1000 (AA 1000) que describe un conjunto de procesos que una organización puede seguir para contabilizar, administrar y comunicar su desenvolvimiento social y ético. 

La norma Social Accountability 8000 (SA 8000), en cambio, es una norma dedicada a mejorar el ambiente de trabajo y evitar la explotación laboral, a través de la aplicación voluntaria de estándares de trabajo en las empresas, combinados con verificaciones independientes e informes públicos.

Internacional Organization Standardization (ISO) ha elaborado una Guía de Recomendaciones (no es certificable, ni se podrá superponer con las legislaciones nacionales e internacionales vigentes), la  ISO26000.





Agustín García

Mitos de la RSE: "Voluntario vs. Regulación"

La mayoría de las definiciones sobre RSE enfatizan su carácter voluntario, señalando que son las empresas las que por su propia decisión asumen la responsabilidad de contribuir al desarrollo sustentable, yendo más allá de lo que los marcos legales exigen.

Las empresas subrayan la naturaleza voluntaria de la responsabilidad social, su integración en el contexto del desarrollo sostenible y la necesidad de definir su contenido a escala global. Destacan que no cabe esperar soluciones «únicas y universales» y que cualquier tentativa de regular la responsabilidad social de las empresas a nivel europeo sería contraproducente, en la medida en que anularía la creatividad y el carácter innovador de las empresas, que constituyen el motor del desarrollo con éxito de la RSE.

En cambio, Los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil de Europa estiman que las iniciativas voluntarias no son suficientes para salvaguardar los derechos de los trabajadores y los ciudadanos y propugnan el desarrollo de un marco reglamentario que establezca normas mínimas y garantice unas reglas de juego equitativas. Insisten además en que, para ser creíbles, las prácticas de responsabilidad social no pueden ser definidas, aplicadas y evaluadas de manera unilateral por las propias empresas y que es necesaria la participación de todas las partes interesadas.

Una posición intermedia, que involucra a la sociedad civil, podría llegar a ser la que está impulsando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con sus Directrices para Empresas Multinacionales. Las recomendaciones fueron aceptadas voluntariamente por los países y las compañías, quienes asumieron el compromiso de tener un buen comportamiento ético, social y ambiental en todos los países donde tuvieran actividades. La OCDE proyecta construir un Observatorio Mundial, conformado por ONG´s, sindicatos y Gobiernos, que se ocupe de monitorear a las empresas en el real cumplimiento de las directrices.

Agustín García

Mitos de la RSE: "La RSE es una nueva moda del marketing"

Puede parecer que es una moda más, pero no es así. Primero, porque es un concepto bastante antiguo y, segundo, porque es una demanda del mercado que procede de su evolución lógica. Para los expertos, es una forma de dar valor a tu empresa.

Según el Foro para la Evaluación de la Gestión Ética (www.foretica.es), ante dos productos similares, más del 53% de los consumidores elegiría aquel procedente de una empresa socialmente responsable, aunque fuera un poco más caro. Esta tendencia, consolidada en EE UU, cada día cobra más fuerza en España. Tanto es así que en los últimos años la RSE ha comenzado a tener gran repercusión en todos los foros.

El mercado se mueve. Es más, la UE creó un grupo de ‘sabios’ para analizar el tema, el Congreso de los Diputados cuenta con una subcomisión, diferentes colectivos profesionales han puesto en marcha grupos de estudio, se han organizado seminarios, editado libros y guías de ayuda, creado observatorios y web especializadas, desarrollado normas como la SGE 21 de Forética y se ha formado a los primeros auditores especializados.



Una empresa responsable y sostenible es aquélla que tiene consciencia de su relación con el entorno en el que opera y que, en consecuencia, actúa social y medioambientalmente. Su principal responsabilidad es innovar, y eso es bueno, tanto para su capacidad de crear valor y generar fondos para sí misma, como para crear valor para su entorno.

Mitos de la RSE: "Implantar la RSE es caro"

Los expertos aseguran que, aunque la RS supone un coste al igual que otras acciones realizadas por una empresa, no debe considerarse como gasto, sino como inversión, que se rentabiliza a medio y largo plazo en tangibles e intangibles. También reconocen que es difícil cuantificar el coste, porque es complicado saber qué acciones son computables a las obligaciones legales y cuáles a la voluntariedad.

Lo que sí se puede asegurar es que a mayor inversión en RSE, mayor rendimiento económico. Es más, desde el punto de vista de organización, estructura, motivación del personal, productividad…, el beneficio es inmediato.

No es tanto el coste económico, sino que muchas veces es tiempo para pensar en definir un plan ajustado a sus necesidades. Que no suponga un coste, aumenta la creatividad a la hora de aplicar modelos de RS. Tarde o temprano, todas acabarán entrando, ya que es una exigencia del mercado y de cada uno cuando elige una empresa en la que le gustaría trabajar o de la que compra sus productos y servicios.

Los primeros que decidan entrar en RS serán los que más ganen. Los beneficios tangibles tienen que ver con el ahorro en la factura de la luz, el agua, el papel, los consumibles, los procesos de fabricación, etc. Y los intangibles, con la posibilidad de que se nos abran más puertas para negociar con grandes empresas y con la Administración, y un mayor reconocimiento de los consumidores y de la competencia. También reporta beneficios en la plantilla, porque se siente más satisfecha al identificarse con los valores de la empresa.

Contratar a un experto de RS puede costar entre 3.500 y 4.000 euros; un código de conducta, entre 1.500 y 2.000, y una memoria de sostenibilidad, entre 4.000 y 6.000. Depende del tipo de empresa y de los objetivos que quiera cumplir.

El coste no es, ni mucho menos, comparable a una consultoría informática y varía entre 3.000 y 12.000 euros. Por ejemplo, un comercio pequeño puede gastarse 2.000 ó 3.000 euros en una acción social, coordinándola con una ONG, y divulgándola en los medios de la zona. Y una PYME, contratar un plan de marketing social, unos 3.000 ó 4.000, además de la acción social.



Agustín García

Mitos de la RSE: "La RSE es cosa de las grandes empresas"

Ahí va otro mito en torno a la Responsabilidad Social Empresarial, que impide que las PYMES se animen a implantarla: 

  • "La RSE es cosa de las grandes empresas"

A simple vista, el escenario de la RSE parece estar dominado por las empresas de gran tamaño, líderes del mercado y con presencia trasnacional. Sin embargo, un considerable número de organizaciones están redoblando sus esfuerzos para tratar de difundir las posibilidades de la RSE entre las empresas pequeñas y medianas.

Las empresas grandes tienen una gran responsabilidad en promover la RSE entre sus PYMES proveedoras.

El informe "PYMES europeas y la responsabilidad social y medioambiental", publicado en la 7ª edición del Observatorio de las PYME europeas consigna que la mitad de las PYMES europeas encuestadas ya operan con prácticas social y ecologicamente responsables en beneficio de sus interlocutores externos, aunque muchas no son conscientes de que se trata de acciones de RSE.

La PYME debería acercarse a la RSE como un elemento de ventaja competitiva, y una herramienta válida capaz de generar valor en la empresa y en la sociedad con la que convive. Sin embargo, la RSE aun no ha llegado a muchas PYMEs y son estas organizaciones las que más ayuda necesitan tanto a nivel de formación, como de dotación de herramientas para facilitarles la implementación de este sistema de gestión.


Agustín García

Mitos de la RSE: "Gasto Vs Inversión "// "RSE Vs Filantropía"

Comparto aquí dos de los mitos más usados sobre la Responsabilidad Social Empresarial, y que a muchas PYMES les llevan a no implantarla:

a. Gasto o inversión. La RSE es un gasto, generado por la buena voluntad de la empresa, del que se puede prescindir, y que hay que eliminar en tiempos de crisis.

La RSE no es un gasto, sino una inversión. Si una empresa incurre en prácticas de RSE de manera óptima, va a generar competitividad y sostenibilidad”, asegura Javier Zulueta, Director de la consultora de RSE chilena Gestión Social.

La RSE es un componente de la competitividad. Contribuye a abrir nuevos mercados que acepten productos responsables, mejorar los precios, reducir los costos a través del reciclaje y el ahorro de energía, valorizar los activos con una buena reputación, acceder a nuevas fuentes crediticias y avanzar hacia la reducción de riesgos.

b. RSE es igual Filantropía
Algunos consideran a la RSE como acciones de filantropía; el caso es que las organizaciones grandes, medianas y pequeñas han empezado a considerar esta filosofía como parte de su estrategia de negocio.

La filantropía es una acción social externa de la empresa que tiene como beneficiaria principal a la comunidad. La RSE está enfocada en la estrategia de negocios de la empresa y engloba preocupaciones sobre un público más amplio (accionistas, empleados, subcontratistas, proveedores, consumidores, comunidades, gobierno, medio ambiente, etc.) cuyas demandas la empresa debe tratar de satisfacer a través de sus operaciones. Por tanto la RSE trata directamente de los negocios de la empresa y de cómo se los conduce.

c. Se aplica a determinadas áreas del negocio.
La responsabilidad social sólo tiene que ver con temas ambientales y sociales. Este es uno de las primeras referencias que se tiene del concepto RSE, sin embargo su ámbito es muy amplio, la RSE abarca, además de los temas ambientales, principios fundamentales como respeto a la dignidad de la persona, empleo digno, contribución al bien común, ética en los negocios, vinculación con la comunidad, transparencia, honestidad y legalidad, justicia y equidad, entre otros.


Agustín García

jueves, 26 de diciembre de 2013

Si las Administraciones no se mojan la RSE no avanza

Existen en España varias iniciativas que tratan de animar a las administraciones públicas a que sirvan de acicate para que la RSE se implante en su territorio, empezando por asumir, ellas mismas políticas de RSC, o de Contratación Responsable, Compra Pública Ética, etc.
Tal es el caso del Foro de la Contratación Pública Socialmente Responsable, que entre otros propósitos persigue la implantación de la Contratación responsable en las administraciones.

Anima, orienta y da cobertura a entidades que quieren profundizar en la llamada Contratación Social, aquella que tiene en cuenta uno o más de los siguientes aspectos sociales: oportunidades de empleo, trabajo digno, cumplimiento con los derechos sociales y laborales, inclusión social (incluidas las personas con discapacidad), igualdad de oportunidades, diseño de accesibilidad para todos, consideración de los criterios de sostenibilidad, incluidas las cuestiones de comercio ético y un cumplimiento voluntario más amplio de la responsabilidad social de las empresas (RSE).

El Foro da asistencia a empresas y sobre todo a administraciones que quieren incorporar Cláusulas Sociales, en sus contratos públicos. Ésta es una de las formas más eficaces de integrar el componente de la Responsabilidad Social en las empresas que concursan, con el incentivo de una mayor ventaja competitiva en caso de contemplar aspectos sociales en su sistema de gestión.   

La inclusión de estos aspectos sociales en los procesos de contratación pública puede realizarse bien como requisito previo (Criterio de Admisión o Reserva de Mercado o Contrato Reservado), como elemento de valoración (Criterio de adjudicación), o como una obligación inherente al contrato (Condición de ejecución).

En la Web del Foro se puede obtener multitud de documentación, puesta al servicio de aquellas entidades públicas o privadas que quieran andar este camino.


 Enhorabuena por la iniciativa



Agustín García

viernes, 20 de diciembre de 2013

POR QUÉ IMPLANTAR RSE

La importancia de adoptar el modelo de Responsabilidad Social Empresarial en el contexto actual, supone un aumento de la ventaja competitiva en la empresa, que integra en las operaciones comerciales las preocupaciones sociales y medioambientales junto con las relaciones con sus grupos de interés.

10 claves

1.Mejor relación y comunicación con mis grupos de interés, mis trabajadores, directivos, clientes, proveedores, comunidad…

2.Mayor sensibilidad y capacidad de respuesta ante sus expectativas y demandas. Mayor capacidad de reacción, de adaptación a nuevos escenarios.

3.Mayor Eficiencia en la gestión de los recursos. Reducción de consumo y de gasto.

4.Mayor Sostenibilidad. Reducción de los impactos negativos sobre el medio ambiente, beneficios para tod@s

5.Mejor reputación. Mejor concepto de mi empresa, más atractivo al cliente, al trabajador, a la comunidad…

6.Más innovación en mis procesos. Mejora continua, más adaptabilidad, flexibilidad.

7.Más competitividad. Mejor posicionado y valor diferenciador, competitividad sostenible.

8.Menos riesgo, más estabilidad. Capacidad de anticiparse a los riesgos. Prevención de externalidades económicas, sociales y medioambientales.

9.Mayor valor agregado. Productos/servicios responsables económica, social y medioambientalmente. Polo de atracción del consumo.

10.Mejor comunicación de mis retos y avances en sostenibilidad. Lo hago bien y lo cuento mejor. Genero mayor complicidad de mis grupos de interés.


Agustín García

Congreso Estatal de RSE 2012

Los pasados días 24 y 25 de mayo tuvo lugar en Zaragoza la tercera edición del Congreso Estatal de Responsabilidad Social Empresarial[1], bajo el título “RSE es competitividad. Una oportunidad para la empresa”.especialmente dirigido a PYMEs". Un excelente espacio para la reflexión, el debate, el intercambio de experiencias y buenas prácticas, para la creación y fortalecimiento de redes, pero sobre todo para poner acento a los esfuerzos en materia de RSE que se están llevando a cabo en nuestro país. En el se dieron cita representantes de grandes corporaciones con políticas de RSE, PYMES con experiencia en ello, otras interesadas, analistas e intelectuales, consultorías, fundaciones, redes y asociaciones empresariales, entidades certificadoras y personas a título individual, hasta un total de 400 personas.

La RSE marcha a un ritmo lento en España, entre otros motivos por la situación socioeconómica en que nos encontramos, a lo que hay que añadir una determinada cultura empresarial, así como el perfil y envergadura media de la empresa de nuestro país, donde más del 90% de las empresas son PYME y su tamaño es sustancialmente menor al de las europeas.

No obstante la RSE está comenzando a ser vista con menos escepticismo por las pequeñas y medianas empresas, según comentaron algunos de los expertos participantes en el Congreso, animadas por las grandes corporaciones que amplían cada vez más este sistema de gestión a su cadena de valor; por lasadministraciones públicas que introducen la RSE como criterio en sus contrataciones y compras; o por la población, que progresivamente va adquiriendo mayor conciencia en el consumo.

Cada vez se cuenta con más literatura sobre RSE en la PYME, además se están creando múltiples herramientas que permitan su implantación con mayor facilidad. Algunas de ellas (herramientas de autodiagnóstico, de gestión, de comunicación, o de RSE-Discapacidad, etc.) fueron presentadas en el propio Congreso, y se encuentran a disposición de aquella PYME que quiera embarcarse enla RSE.

En los últimos tiempos, tal como se ha valorado en el evento, la RSEestá girando entorno a 2 grandes ejes en nuestro país, como son lainnovación y el emprendimiento social, y la política laboral(Relaciones laborales y Recursos Humanos), como dos elementos clave para responder a la actual situación de crisis.

La innovación social (IS) debe plantearse como una estrategia empresarial orientada a la búsqueda de soluciones de problemas no sólo sociales, sino económicos y de competitividad dentro de la empresa. La IS También puede conducir a la innovación tecnológica y siempre debe contribuir a una mejor sostenibilidad de la empresa y de su entorno. Las estrategias de  innovación social le deben permitir a la empresa crear valor económico y valor social de forma coordinada. Cada vez más “los valores deben ir en paralelo a los intereses”. “Gestionar desde la RSE significa obtener beneficios, gestionar riesgos y aportar tales beneficios”.

Por otro lado, la gestión socialmente responsable de las Relaciones Laborales y de los Recursos Humanos aumenta la motivación y mejora la identificación de los empleados con los objetivos de la empresa, ya que los empleados constituyen un grupo interés clave para el éxito de la misma.

Se abordaron en el Congreso otros aspectos esenciales hoy para la PYME española, como su internacionalización, asumiendo que la única forma de llevarla a la práctica con éxito es asumiendo comportamientos medioambientales y socialmente responsables   y exigiéndolos a todos los eslabones de su cadena de valor.

Preocupa también a las PYMES presentes cómo acceder afinanciación para la implantación de RSE. Respecto a este asunto se ofrecieron ciertas sugerencias e ideas, como la iniciativa RSE-PYMEs del Pacto Mundial, el mercado alternativo bursátil,  préstamos participativos, financiación a través de los grupos de interés (proveedores, clientes…) basada en la confianza, etc.

La mayoría de los participantes en el Congreso invitan a afirmar quela RSE se está instalando poco a poco en nuestra cultura empresarial, y “ha venido para quedarse”. No se trata de una apuesta oportunista, sino de la asunción integral de un cambio del sistema de  gestión empresarial. Tal como asegura el presidente de las Cámaras de Comercio de España “la RSE corre por la médula espinal de nuestras empresas”. Se suman pues a la cultura del esfuerzo, el trabajo y la decencia de las PYMES, características implícitas en la RSE, como la ejemplaridad, la transparencia, la honestidad, la confianza, la coherencia, las alianzas estratégicas, innovación, compromiso, la visión a largo plazo o creación de sentido de equipo.

La visión de que “la RSE genera confianza y la confianza es lo que más beneficio genera” contribuye a que cada vez más PYME estén embarcándose en un nuevo sistema de gestión, evolucionando hacia la empresa del siglo XXI, que ve la RSE más como una inversión que le aporta competitividad, que como un gasto prescindible. El nuevo modelo socioeconómico que está surgiendo como consecuencia de la crisis, debe estar basado en comportamientos socialmente responsables no solo de las empresas, también de Administraciones Públicas, medios de comunicación, instituciones financieras y de toda la sociedad.
  



[1] La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es la forma de conducir los negocios de las empresas que se caracteriza por tener en cuenta los impactos que todos los aspectos de sus actividades generan sobre sus clientes, empleados, accionistas, comunidades locales, medioambiente y sobre la sociedad en general. Ello implica el cumplimiento obligatorio de la legislación nacional e internacional en el  ámbito social, laboral, medioambiental y de  Derechos Humanos, así como cualquier otra acción voluntaria que la empresa quiera emprender para mejorar la calidad de vida de sus empleados, las comunidades en las que opera y de la sociedad en su conjunto.
Los 5 principios que rigen la RSE: cumplimiento de la legislación nacional vigente y especialmente de las normas internacionales en vigor; carácter global, que afecta a todas las áreas de la empresa, a toda la cadena de valor; comporta compromisos éticos objetivos; se manifiesta en los impactos que genera la actividad empresarial en el ámbito social, medioambiental y económico; se orienta a la satisfacción e información de las expectativas y necesidades de los grupos de interés (Fuente: Observatorio de RSC).