Los expertos
aseguran que, aunque la RS
supone un coste al igual que otras acciones realizadas por una empresa, no debe
considerarse como gasto, sino como inversión, que se rentabiliza a medio y
largo plazo en tangibles e intangibles. También reconocen que es difícil
cuantificar el coste, porque es complicado saber qué acciones son computables a
las obligaciones legales y cuáles a la voluntariedad.
Lo que sí se
puede asegurar es que a mayor inversión en RSE, mayor rendimiento económico. Es
más, desde el punto de vista de organización, estructura, motivación del
personal, productividad…, el beneficio es inmediato.

Los primeros
que decidan entrar en RS serán los que más ganen. Los beneficios tangibles
tienen que ver con el ahorro en la factura de la luz, el agua, el papel, los consumibles,
los procesos de fabricación, etc. Y los intangibles, con la posibilidad de que
se nos abran más puertas para negociar con grandes empresas y con la Administración , y
un mayor reconocimiento de los consumidores y de la competencia. También reporta
beneficios en la plantilla, porque se siente más satisfecha al identificarse
con los valores de la empresa.
Contratar a un
experto de RS puede costar entre 3.500 y 4.000 euros; un código de conducta, entre
1.500 y 2.000, y una memoria de sostenibilidad, entre 4.000 y 6.000. Depende
del tipo de empresa y de los objetivos que quiera cumplir.
El coste no es,
ni mucho menos, comparable a una consultoría informática y varía entre 3.000 y
12.000 euros. Por ejemplo, un comercio pequeño puede gastarse 2.000 ó 3.000
euros en una acción social, coordinándola con una ONG, y divulgándola en los
medios de la zona. Y una PYME, contratar un plan de marketing social, unos
3.000 ó 4.000, además de la acción social.
Agustín García
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