La mayoría de
las definiciones sobre RSE enfatizan su carácter voluntario, señalando que son
las empresas las que por su propia decisión asumen la responsabilidad de
contribuir al desarrollo sustentable, yendo más allá de lo que los marcos
legales exigen.
Las empresas
subrayan la naturaleza voluntaria de la responsabilidad social, su integración
en el contexto del desarrollo sostenible y la necesidad de definir su contenido
a escala global. Destacan que no cabe esperar soluciones «únicas y universales»
y que cualquier tentativa de regular la responsabilidad social de las empresas
a nivel europeo sería contraproducente, en la medida en que anularía la
creatividad y el carácter innovador de las empresas, que constituyen el motor
del desarrollo con éxito de la
RSE.
En cambio, Los sindicatos y las organizaciones
de la sociedad civil de Europa estiman que las iniciativas voluntarias no son
suficientes para salvaguardar los derechos de los trabajadores y los ciudadanos
y propugnan el desarrollo de un marco reglamentario que establezca normas
mínimas y garantice unas reglas de juego equitativas. Insisten además en que,
para ser creíbles, las prácticas de responsabilidad social no pueden ser
definidas, aplicadas y evaluadas de manera unilateral por las propias empresas
y que es necesaria la participación de todas las partes interesadas.
Agustín García
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